¿tenemos seguridad Bíblica de ser hijos de Dios?

¿Quién no conoce el padrenuestro? ¿Quién no ha expresado alguna vez con su voz el padrenuestro?

 

Ahora pensemos detenidamente el significado de estas dos palabras iniciales, “Padre nuestro”

 

¿Reconocemos que es nuestro Padre?

¿Le obedecemos?

¿Tenemos seguridad bíblica de ser hijos de Dios?

 

Para encontrar la respuesta correcta a estos interrogantes, y saber con seguridad a donde estamos vamos a iniciar nuestro estudio de hoy.

 

Juan 1:12 (comienza el capítulo 1, describiendo a Jesucristo, el Hijo de Dios) y en el verso 12, nos dice: “12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”.

 

Podemos ver claramente que para ser hechos hijos de Dios debemos RECIBIR a Jesucristo, el unigénito del Padre, y creer en su nombre.

 

Por muchos años yo pensé que era un hijo de Dios, que formaba parte de su familia, que las promesas de Dios para sus hijos también eran para mí, porque me habían enseñado que un día cuando aún era un bebe mis padres me llevaron para ser bautizado, y porque luego mientras crecía participaba de ceremonias y sacramentos religiosos, y porque creía muchas cosas escritas en la Biblia.

 

Pero un día, me presentaron esta Palabra y analizándola en detalle entendí que la Biblia no habla de creer cosas ACERCA DE Cristo, sino de RECIBIRLO A Él mismo en el corazón, es decir en el centro de la vida, dejar que sea el Señor, el que señorea, el que gobierna mi vida, a través de sus instrucciones de vida, y por libre albedrío, libre elección personal.

 

En Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”.

 

El mismo Jesucristo, asegura hoy que: si alguno oye su voz (Su Palabra) y abre la puerta (nuestro corazón), dice Jesús entrare a él. No entra sin permiso, está esperando nuestra invitación personal, a darle un lugar especial en nuestra vida.

 

Por otra parte, dice la Escritura en 1° Juan 5:11 y 12. // “11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. 12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”

 

Para ser incorporados a la familia de Dios, vemos que se necesario recibir a Cristo en nuestro corazón y creer en Su nombre en nuestra mente. Y luego vemos que para tener vida, necesitamos tener al Hijo.

 

Juan 10.10 …. yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

 

El “creer” del Nuevo Testamento, se refiere a “recibir”. Hay una gran diferencia entre CREER y RECIBIR. La Biblia nos enseña que “12 El que tiene al Hijo, tiene la vida”. Para “tenerlo”, primero hay que “recibirlo”.

 

Pesemos en esto, para recibir a alguien en nuestra casa, y hacerlo pasar primero lo conocemos, difícilmente dejemos entrar en nuestra casa a un perfecto desconocido.

 

Por eso, este día, lo que deseo hacer, es simplemente presentarte a una Persona para que la conozcas, (no solo que sepas de su existencia y sus obras), sino para que puedas decidir si la recibes en tu vida o no. 

 

Juan 14:6 y 7 // “6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”

 

Todos cuando nacemos, somos creación de Dios, pero no hijos de Dios.

¿Por qué?

¿Qué dicen las Escrituras al respecto?

 

Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”.

Si consideras que no pecas, hazte la siguiente prueba: Jesús no tuvo pecado, ¿podrías mirar a Jesús a los ojos y decirle que eres igual que Él, que no eres un pecador?

 

Esa es la razón por la que el ser humano ha caído bajo el juicio de Dios. Dios ha dictado sentencia: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva (el regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6:23.

Vemos que la paga del pecado, la paga por desobedecer las instrucciones de Dios, la paga por vivir lejos de Dios, es muerte espiritual.

 

¿Qué es eso? ¿Qué es la muerte espiritual?

 

Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, y no sirve para nada, y pronto se deteriora, se pudre, y se convierte en polvo, así también el ser humano separado Dios está muerto, y esto es la muerte espiritual.

 

Pero, la segunda parte del versículo dice: “más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” La “vida eterna” es una “dádiva”, es decir, “un regalo”.

 

¿Puedes pagar un regalo? Si lo pagas lo estarías comprando, no sería un regalo. Un regalo se recibe en forma gratuita.

Así se recibe la vida eterna, gratuitamente, como un regalo al que solamente podemos ACEPTARLO o RECHAZARLO.

La Biblia nos enseña que ese regalo de Dios está EN una Persona.

 

La vida eterna está en Cristo, solamente EN ÉL, y a ÉL debemos RECIBIR para tener el regalo de la vida eterna, para ser hechos hijos de Dios, y como hijos de herederos de las promesas de Dios para este tiempo y para el tiempo venidero.

EL SEÑOR JESUCRISTO ESTÁ ESPERANDO QUE LO DEJES ENTRAR EN TU CORAZÓN... AHORA MISMO. ¿LE DIRÁS “ENTRA”? ¿LE ABRIRÁS LA PUERTA?

 

¿No sabes cómo invitarlo a entrar? ¿Tienes duda cómo hacer para abrirle la puerta de tu corazón?

¿Lo quieres hacer ahora?

 

Puedes repetir esta oración:

“Señor Jesucristo... confieso que soy pecador... te necesito como mi Salvador personal... aquí y ahora te abro mi corazón... te invito a entrar... Desde ahora te declaro como mi Señor y Dueño... y me comprometo a hacer tu voluntad expresada en la Biblia... Amén.”

 

Ahora, dele gracias a Jesucristo por el regalo de la vida eterna: “Gracias, Señor Jesucristo, por el regalo de la vida eterna”.

Habiendo recibido a Cristo en tu corazón, ahora eres hijo de Dios. ¡Dios es tu Padre!

 

Recuerda que leímos: “12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” Juan 1:12.

 

Ahora eres miembro de la familia de Dios. eres mi hermano/a en Cristo.

 

¿Qué pensarías de una familia donde nadie habla al padre, nadie le hace caso y cuando él habla nadie lo escucha, ni le dirige la palabra? ¿Ese podría ser un hogar feliz?

 

Pues bien, Dios, nuestro Padre, nos habla por medio de Su Palabra escrita en Su libro: LA BIBLIA. Cuando leemos la Biblia estamos ESCUCHANDO A DIOS. Cuando ORAMOS estamos HABLÁNDOLE A DIOS.

 

Además, esta es la FAMILIA DE DIOS, cuando nos juntamos en congregación, nos estamos juntando en familia con nuestros hermanos para compartir experiencias, hablar bien de nuestro padre (alabarlo), y aprender más acerca de su sabio propósito para nuestras vidas.

 

Deseamos que Dios te bendiga abundantemente en tu nueva vida Cristiana.

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un gran abrazo

Alejandro Pérez Baroni

Pastor plantador de Comunidad de Fe de Villa Santa Cruz del Lago.

 

Dios guíe cada uno de tus días, guarde tu vida y la de los tuyos, y envíe las más grandes y ricas Bendiciones!!

 

 

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