Es muy importante saber que, en el concepto hebreo, en el contexto original de las Escrituras no existe ni la "fe” ni el “creer" como se entiende en occidente, sino solo la lealtad, fidelidad, o firmeza en la verdad.
El concepto bíblico, que habitualmente es traducido al castellano como fe, es "Emuná", y es mucho más profundo que creer en algo.
Fe.. ¿en qué?, ¿en quién? y ¿para qué?
Te invito a reflexionar sobre estas palabras, y que puedas considerar que clase de fe tienes… ¿has estado experimentando una fe negativa, una fe fantasiosa, una fe religiosa, o estás viviendo en la verdadera fe bíblica, en Emuná?
La palabra hebrea “emuná” es traducida en nuestras bíblicas en idioma castellano como “fe”. Sin embargo, al igual que sucede con la palabra “Teshuvá” que es traducida como “arrepentimiento”, la palabra emuná significa mucho más que simplemente “FE” como la hemos entendido por años de acuerdo con nuestra formación religiosa.
Es muy importante saber que, en el concepto hebreo, en el contexto original de las Escrituras no existe ni la "fe” ni el “creer" como se entiende en occidente, sino solo la lealtad, fidelidad, o firmeza en la verdad.
Emuná se diferencia sustancialmente de la fe que generalmente se ha enseñado en las Iglesias. La palabra “emuná” viene de la raíz "em" que significa "madre", denotando la relación que se establece entre hijo y madre: "confianza plena, obediencia, fidelidad".
En la cultura hebrea, el cumplimiento de los mandamientos de la Torá, el cumplimiento de las instrucciones de vida dadas por el Creador mismo, hace que se crezca en emuná, en “fe bíblica” y esto produce “acciones justas”.
La creencia religiosa occidental, de esta parte del mundo en que habitamos, se orienta en alguna de las tres siguientes direcciones: 1) Fe negativa, 2) Fe fantasiosa, o 3) Fe objetiva
1) la Fe negativa, significa creer que algo malo sucederá.
2) la Fe fantasiosa, significa creer en ocurrencias y engaños transmitidos por las religiones.
No se trata de aceptar fantasías religiosas sino todo aquello que está definido claramente en las Sagradas Escrituras, porque las fábulas religiosas tienen su objetivo en el ego de las personas, mientras que las Sagradas escrituras se centran en Dios.
En el mundo cristiano se le otorga un poder especial y sobrenatural a la fe religiosa, aceptada como creencia mística, entendiendo esto como tener la convicción acerca de un milagro o de que sucederá algo sobrenatural. Este tipo de creencia mística se podría basar, principalmente, en una incorrecta interpretación de los siguientes los siguientes textos bíblicos: Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” ; y 2 Corintios 5:7 “porque por fe andamos, no por vista”.
3) la Fe objetiva, significa creer en hechos concretos, ya sea históricos y/o bíblicos:
Por aplicar una hermenéutica bíblica incorrecta a estos pasajes, se ha entendido, de una manera muy superficial, que la fe es simplemente creer cosas que no se ven. Entonces, las personas creen que Dios existe, y también creen que Jesucristo nació en Belén, fue circuncidado al octavo día, a los 12 años de edad celebró su paso de la infancia a la adolescencia, en el templo de Jerusalén, a los 30 años de edad comenzó a ejercer como Rabino, luego de algunos años de enseñar la Torá fue crucificado a las 9 de la mañana en un día de Pascuas/Pésaj, resucitando después de 3 días y 3 noches, y ascendiendo a los cielos después de 40 días (diez días antes de la fiesta de Pentecostés, prometiendo que retornaría en un día de trompetas. Por creer en estas informaciones históricas, ya dicen que tienen la fe bíblica, que se llama emuná, que, en realidad, es otra cosa totalmente distinta.
En el sentido espiritual de la palabra, creer y emuná no son palabras equivalentes. Si así fuera, las Escrituras no contendrían el texto de Santiago 2:19 “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” De aquí se desprende que los demonios tienen fe pero no tienen fe bíblica. De esta manera, vemos que la Biblia enseña claramente que no es suficiente con creer, aunque se crea en Dios.
Lo anterior rompe con la mentira de que solamente por creer en información histórica o religiosa la persona está en el Reino de Dios y tiene vida eterna. Con este criterio, Satanás mismo sería salvo. Lo que Dios pide va más allá de una decisión mental de creer que cierto conjunto de hechos son ciertos. Él quiere que nuestra verdadera FE BÍBLICA resulte en una fidelidad constante a Él.
La Fe bíblica tiene relación con creer, confiar, verificar, seguridad, estable, confirmado, obras. Y todas estas cosas están relacionadas directamente con la Torá, con las instrucciones de vida escritas en Su Palabra, que es el Camino, la Verdad y la Vida, tal como lo proclamó de sí mismo Jesucristo, confirmando que él mismo es la Torá de su Padre hecha Carne.
Entonces, debe quedarnos claro, que el concepto bíblico, que habitualmente es traducido al castellano como fe, es Emuná, y es mucho más profundo que creer en algo.
Por otro lado es importante resaltar que no solamente los cristianos recibimos el concepto superficial de que la “fe” era simplemente “creer” en alguien o en algo. Muchas personas piensan que, simplemente, hay que tener fe, sin identificar qué clase de fe, en quién y para qué.
Todos los cristianos que han leído las Escrituras, o que han escuchado predicar durante años en su Iglesia local, conocen muy bien que no alcanza con creer, que ese tipo de fe por sí sola no basta, porque han leído o escuchado el texto de Santiago 2:17 “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”.
Aunque no lo quieran reconocer, los cristianos saben que si el creyente no hace obras alineadas con la fe que profesa, la tal fe es en vano.
En Proverbios 14:15 las Escrituras nos enseñan que: “15 El simple todo lo cree; mas el avisado (el entendido, el experimentado) mira bien sus pasos.”
De aquí se puede decir que la verdadera fe bíblica comienza en el intelecto y, luego, penetra lentamente en el corazón.
Entonces Emuná tiene que ver con creencia y práctica. Primero debemos escuchar la voz de la Palabra de Dios, es decir la verdad, y luego llevar ese conocimiento al corazón.
La verdadera fe bíblica comienza en la mente, por esta razón es tan importante tener la disciplina de leer y estudiar diariamente las Sagradas Escrituras y de reflexionar en sus enseñanzas con la guía del Espíritu. Recordemos lo escrito en Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
Conocer, es el primer paso, luego ese saber se va transformando en verdadera fe bíblica. Debemos comenzar por conocer el camino de retorno al Padre (Teshuvá). Una vez que conocemos que el camino es Jesucristo a través de la redención que compró para nosotros pagando el precio con su propia sangre, retornamos a la casa del Padre donde se obedecen Sus leyes y se vive de acuerdo con Sus instrucciones (Torá), y esto es producto de la fe bíblica (emuná): Romanos 1:17 “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
Entonces, comienza en nuestro ser interior la manifestación de una plena y permanente presencia de Dios en nuestras vidas a través de Su Santo Espíritu. Después de que reconocemos sin problemas que Dios es parte de nuestras vidas y que nunca nos deja, podemos trabajar en desarrollar lealtad a Dios.
En vez de ser meramente una creencia intelectual, la verdadera fe bíblica debiera ser definida como el acto de ser fiel o leal. Y es el requisito básico de cualquier relación sana, y requiere de un constante refuerzo.
Con tiempo y dedicación podemos encaminarnos rumbo a una vida impregnada de emuná, entendiendo que la verdadera fe bíblica se desarrolla a lo largo de toda la vida. La lealtad hacia Dios se vuelve esencial cuando la vida nos lanza una dificultad que no podemos entender y que puede desestabilizarnos y hacernos dudar que las cosas son realmente para bien.
Pero, en ningún momento perdemos nuestro libre albedrío. Entonces, escogemos si mantenernos leales a la Palabra de Dios a pesar del dolor o si rehuimos la Palabra de Dios debido a su aparente falta de ajuste a la realidad.
Aquí aparece la emuná, la Fe bíblica que consiste en entender que no podemos comprender la totalidad del conocimiento de Dios, pero sí podemos reconocer y aceptar que, a pesar de eso, todo tiene un propósito para bien: Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Una vez que sabemos y tenemos la certeza de que Dios está siempre con nosotros y una vez que hemos comenzado a poner en práctica con regularidad esta lealtad hacia Dios y Su Palabra, podemos dedicarnos a la vida diaria con confianza en Él. Este sentimiento de confianza nos otorga un regalo de seguridad: saber que estamos en Manos perfectas ya que estamos siendo individualmente dirigidos y tratados por Dios mismo.
Por lo tanto, podemos disfrutar del sentimiento de que estamos siendo guiados a través de la vida por Dios, que se ocupa de cada uno de nosotros en forma personal, y de que hay un significado y propósito para cada evento que ocurre.
La emuná, la verdadera fe biblica, no solamente se basa en el conocimiento y la meditación, sino también en la acción. En cada dificultad de la vida podemos aumentar nuestra verdadera fe bíblica en Dios, podemos estar cada vez más conscientes de Su constante presencia con nosotros, dándole significado a las experiencias, a las pruebas. Santiago 1:2-5 “2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. 5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
Vemos aquí la relación entre la verdadera fe bíblica y la sabiduría.
En definitiva, es importante saber que hay un propósito detrás de cada cosa que nos sucede, y que ese hecho es para nuestro bien, aunque momentáneamente no lo podamos ver con facilidad.
Primeramente Dios quiere que regresemos a Él…
La verdadera fe bíblica nos saca del “ya y ahora”, y nos lleva a reconocer que nosotros mismos no sabemos lo que en realidad necesitamos o nos conviene, pero Dios sí lo sabe porque tiene toda nuestra historia delante de Sus ojos:
Mateo 6:8 “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
Al ver las noticias, los acontecimientos de este 2020, debemos darnos cuenta que, estamos entrando en la época más peligrosa y terrible de la historia, por lo tanto necesitamos regresar a Dios, a su guía y dirección, a su cuidado y provisión.
Jesucristo, nos dice en Lucas 21. 34-36 // 34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. 35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. 36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
No vivimos para asustarnos, vivimos para conocer al Creador, arrepentirnos de nuestras rebeliones y pecados. Necesitamos abandonar la lejanía de Dios, dejar errar al blanco y permitir que Jesucristo gobierne nuestra vida.
Te invito a reflexionar sobre estas palabras, y que puedas considerar que clase de fe tienes…
¿has estado experimentando una fe negativa, una fe fantasiosa, una fe religiosa, o estás viviendo en la verdadera fe bíblica, en emuná?
Te invito a seguir conociendo al Dios de la Biblia, a través de la Biblia, compartiendo un tiempo de enseñanza los sábados a las 9.30 de la mañana y los martes a las 15 hs por Facebook “fe santa cruz del lago”.
También puedes leer reflexiones, o ver video en el momento que tengas disponible.
Esperamos noticias tuyas en el chat de Facebook o vía whats app al 3541 – 579024
También puedes contactarnos por e-mail a: comunidaddefe.vscl@gmail.com
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Donde encontraras información a cerca de nosotros, del ministerio que integramos y las comunidades de fe en distintas localidades de la provincia.
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Desde aquí un gran abrazo
Alejandro Pérez Baroni
Pastor plantador de Comunidad de Fe de Villa Santa Cruz del Lago.
Dios guíe cada uno de tus días, guarde tu vida, la de los tuyos, y envíe las más grandes y ricas Bendiciones!! Buena semana!!!
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