Teshuvá es “verdadero arrepentimiento bíblico”, la primera condición para entrar en el reino de Dios. la primera condición para recibir el perdón de los pecados y recibir el regalo del Espíritu Santo.
En el proceso de Teshuvá, debemos dar varios pasos, acciones concretas que incluyen: arrepentimiento, cesación, confesión, pedido de perdón, restitución y resolución.
El verdadero trabajo de Teshuvá es convertirse a uno mismo en una persona diferente, cada vez más parecidos a Jesucristo, el Hijo del Dios Viviente.
En la Bíblica, encontramos en Lucas 24:44-47, a Jesucristo, diciendo: “44…. Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. 45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; 46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.”
Jesucristo predicó el “verdadero arrepentimiento bíblico” como la primera condición para entrar en el reino de Dios: “14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” Marcos 1:14-15.
El Santo Espíritu de Dios, a través de Pedro, también predicó el “verdadero arrepentimiento bíblico” como la primera condición para recibir el perdón de los pecados y recibir el regalo del Espíritu Santo: “37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Hechos 2:37-38.
La palabra hebrea para arrepentimiento es “teshuvá”, que significa "retorno". Cuando "hacemos teshuvá", examinamos nuestras formas de ser, identificamos en cuales estamos mal y "retornamos" hacia nuestra conexión con Dios.
Teshuvá también posee el sentido de arrepentirse de los pecados propios de una forma profunda y sincera, con todo lo que esto implica.
"hacer teshuva", consiste en un proceso en el cual identificamos las áreas en las cuales encontramos débilidad, examinamos nuestras actitudes y controlamos los deseos e instintos que lo desvían del camino de Dios, retornando así a nuestro Creador y Dios.
En el proceso de Teshuvá, debemos dar varios pasos, acciones concretas que incluyen: arrepentimiento, cesación, confesión, pedido de perdón, restitución y resolución.
Jesucristo, ilustro este proceso para que lo entendieran sus discípulos en aquel momento y nosotros en este tiempo, con la historia conocida como “Parábola del hijo pródigo”, el Señor explica muy claramente el proceso de Teshuvá: “18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” (Lucas 15:18-19).
La persona que desee ser perdonada y restaurada en una relación plena debe hacer Teshuvá, esto es dar, indefectiblemente, los siguientes seis pasos:
1) Arrepentimiento
Fue lo primero que tuvo lugar en el corazón del hijo pródigo. Es el primer paso, que constituye el puntapié para los siguientes. Arrepentimiento es una profunda convicción de que, en las mismas circunstancias, nunca volvería a hacer lo mismo. Es una convicción que conlleva un sentimiento de dolor y vergüenza por el hecho cometido o por la actitud asumida.
Veamos Romanos 2:4-11 // “4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; 9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, 10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; 11porque no hay acepción de personas para con Dios.”
Vemos en este pasaje que los no arrepentidos “son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia”.
El arrepentimiento en el proceso de teshuvá es un autoconocimiento positivo de los errores, y la conciencia de que se ha fallado en cumplir con lo que se espera de nosotros en la Nueva Vida en Cristo. Es entender que, aunque estemos viviendo en la gracia de Dios, libre de toda condenación, fallamos y debemos darnos cuenta de la medida del daño que se ha hecho y lamentarlo sinceramente.
Para hacer un proceso de Teshuvá que nos lleve de retorno al Padre, lo debemos hacer a través de la Torá, es decir, de las instrucciones de Dios para que nuestra vida dé en el blanco. Para lograrlo adecuadamente, es imprescindible el conocimiento de las Sagradas Escrituras.
El primer paso de Teshuvá es el reconocimiento de haber cometido un error. Este primer paso es el más crucial, ya que, a menos que nos sintamos arrepentidos, posiblemente continuaríamos con nuestras formas erradas de vivir.
2) Cesación
Lo segundo en la actitud del hijo pródigo fue su decisión de “levantarse e ir” a su padre. Ese levantarse y emprender el retorno implica dejar de hacer lo que se estaba haciendo. Entonces, llamamos “cesación” a dejar de hacer lo malo o equivocado que hicimos o que veníamos haciendo. Es decir, parar inmediatamente la acción perjudicial. Es la etapa donde los creyentes detenemos nuestros malos hábitos, dejamos los pecados atrás y comenzamos a buscar una nueva forma de actuar. Si no se detiene la mala acción, ni siquiera todas las buenas intenciones del mundo podrán ayudar.
3) Confesión
Lo tercero en la actitud del hijo pródigo fue su decisión de confesar al padre que había pecado contra el cielo y contra él.
La confesión debe ser específica, es decir, no debe ser genérica del tipo: “Si en algo he ofendido a alguien, pido perdón.” Todas las personas sabemos perfectamente cuáles son nuestras faltas, principalmente porque el Espíritu Santo es el que nos redarguye de pecado.
Expresar en palabras el error y pedir perdón es admitir los errores de una manera humilde y estando afligidos según la Torá, según las instrucciones de Dios contenidas en Su Palabra. Al admitir nuestro error, debemos articularlo verbalmente ante quien hayamos ofendido: Dios, un tercero o nosotros mismos.
Cuando expresamos nuestras trasgresiones, revelamos que realmente creemos que todas nuestras acciones son conocidas por Dios y no actuamos como si Dios no hubiera visto lo que hicimos. Luego de confesar lo hecho, estaremos motivados a tomar precauciones para no repetir tal comportamiento.
Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”
1 Juan 1:9. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
4) Pedido de perdón
No bastó la buena intención del hijo pródigo, fue necesario que se levantara y viniera a su padre (Lucas 15:20). No alcanza con el arrepentimiento y la confesión, es necesario solicitar el perdón de aquella/s personas a las que se ha ofendido o contra quienes se ha cometido la falta.
En el caso del hijo pródigo, su confesión incluye “al cielo” y al padre, por lo tanto, el pedido de perdón debía ser hecho a ambas personas: a Dios y a su padre.
En el caso de que nuestro pecado haya ofendido a otra persona, debemos pedir perdón a Dios y a esa persona. Siempre está presente el pedido de perdón a Dios, porque todo pecado ofende al Señor.
Isaías 55:6-7 // “6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”
5) Restitución
En la parábola del hijo pródigo podemos ver la restitución reflejada en la frase: “Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” Esto significa que estaba dispuesto a reparar el daño hecho. También significa que estaba dispuesto a soportar las consecuencias de su pecado.
Siempre debemos reparar el daño ocasionado: Lucas 19:8 “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.”
Siempre se debe asegurar que nuestro cambio de actitud, a veces con el transcurso del tiempo, pueda reparar el daño hecho. Por lo tanto, el cambio de actitud debe ser permanente y sostenido en el tiempo, es decir, debe ser producto de un corazón sincero. “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:8, Lucas 3:8, Hechos 26:20).
6) Resolución
Es decidir no repetir el error, esto es, determinar no volver a cometer el o los pecados pasados. Significa hacer un firme compromiso de no repetir en el futuro lo que se hizo mal.
No estamos compitiendo con nadie más que con nosotros mismos. Según lo enseñado en la Biblia, entendemos que lo que Dios mira es si estamos haciendo una decisión sincera de ir en la dirección correcta. Esto significa hacer un serio compromiso a cambiar, y dar los pasos correctos en el momento correcto, siguiendo las instrucciones de Dios contenidas en Su Palabra.
La clave es el compromiso a cambiar. Debemos tener en cuenta las situaciones en las que podemos tropezar, y mantenernos a una distancia segura de ellas.
Cada día los creyentes debemos encontrarnos en un escalón más cercano a la voluntad de Dios mejorando nuestras acciones.
La primera base del proceso de Teshuvá es alejarnos del pecado y decidir no volver a cometerlo en el futuro. No hay un verdadero arrepentimiento sin una resolución firme de abandonar el pecado.
El verdadero trabajo de Teshuvá es convertirse a uno mismo en una persona diferente, cada vez más parecidos a Jesucristo, el Hijo del Dios Viviente.
La traducción bíblica código real, dice en Tito 2.11-15 // “11 Porque la gracia de Dios que salva, se ha manifestado a todos los hombres, 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en esta edad presente, sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la bendita esperanza y manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y de nuestro libertador, Yeshúa el Mashiaj, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimimos de toda iniquidad y purificar para sí el pueblo de su exclusivo tesoro, celoso de buenas obras. 15 Habla estas cosas, exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.”
Los profetas siempre exhortaron al pueblo a volver a la voluntad de Dios, a volver al Padre y es por eso que después vino Jesús, el Gran Profeta, vino a enseñarnos a volver al Padre, enseñarnos a retornar, al Padre, Jesús es el camino, la verdad y la vida… nadie El objetivo de Jesús es que retornemos al Padre.
Es tiempo de volver al Padre.
Estamos en la época más peligrosa de la historia, sin embargo hay BUENAS NOTICIAS, el Señor dice en Apocalipsis 3.10 “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra”.
Nos va a guardar… ¿a quienes? A los que recibimos a Jesús… NO. Sino a los que guardamos los mandamientos. ¿Y dónde están los mandamientos? Están desde génesis a apocalipsis, y no solo desde mateo.
Estamos en los últimos tiempos, tenemos que volver a la Casa del Padre.
No podemos decirle a Dios que nos quite los problemas, sin arrepentimiento previo. Es necesario volvernos a Dios. Obedeciendo a Dios, hallamos bendición. Hay grandes beneficios…. Pero hay un solo camino, Jesús… la Palabra…
Inicia hoy tu proceso de TESHUVA, inicia hoy tu camino de retorno al Padre…
Te invito a seguir conociendo como se vive al cuidado de Dios, a conocer al Padre, a través de la Biblia, compartiendo un tiempo de enseñanza los sábados a las 9.30 de la mañana y los martes a las 15 hs por este medio.
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Desde aquí un gran abrazo
Alejandro Pérez Baroni
Pastor plantador de Comunidad de Fe de Villa Santa Cruz del Lago.
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José Miguel Correa (miércoles, 15 noviembre 2023 05:36)
Doy gracias al Padre Celestial, y a ustedes también, muchas gracias pastor. Que el Eterno les bendiga. Si necesitan algo para la página web cuentan conmigo