¿Quiénes entraran en el Reino de los cielos? ¿Por qué tanta maldad en el mundo?

 

En este año sobran motivos por los que estar preocupados y afligidos por la situación general que atraviesa el mundo y por las circunstancias particulares que nos tocan vivir… situaciones que nos llevan a considerar nuestra vulnerabilidad e incapacidad para resolver todos los problemas por los que atravesamos, y es allí cuando generalmente expresamos nuestra solicitud de ayuda a Dios y hasta reclamamos al Señor por nuestro pronto auxilio, o por alguna respuesta a nuestras necesidades.

 

Es muy común decir o escuchar decir: “hay mi Dios ayúdame”, “ayúdanos”, o la expresión “Señor esto y Señor aquello” reclamando salvación, protección y cuidado.

¿pero qué hay de respaldo bíblico para estos pedidos? ¿Qué dicen las Escrituras? ¿qué dice Dios en Su Palabra respecto a situaciones como estas?

Todos de alguna manera conocemos o intuimos que donde está Dios, donde Él gobierna, donde Él reina, hay Salvación, Protección y Cuidado. pero ¿cómo llegar allí?

 

Veamos que dice el Mesías, el Unigénito de Dios, a quien conocimos como Jesús, y cuyo verdadero nombre es Yahshua, leamos en Mateo 7:21-23 //  “21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

 

A partir de estas palabras debemos entender que, sin importar cuán religiosos lleguemos a ser, ni lo expertos en las prácticas cristianas, como profetizar, echar fuera demonios y hacer milagros, lo único que evidencia nuestra pertenencia al reino de los cielos es hacer la voluntad de Dios. De lo contrario, para el Señor, somos simples “hacedores de maldad”.

 

No nos confundamos… en el concepto del Señor, profetizar, echar fuera demonios y/o hacer milagros en su nombre, de ninguna manera significa “hacer maldad”, sino que lo que está diciendo Cristo es que hacer todo aquello, viviendo afuera de la voluntad del Padre es ser un hacedor de maldad.  En definitiva, “hacer maldad” es sencillamente “no hacer la voluntad de Dios”.

Esto ya va respondiendo a la pregunta común y repetida de tantas personas ¿Por qué tanta maldad en este mundo? ¿Por qué tanta maldad en este tiempo?

 

De acuerdo a esto que leímos, y que dijo Jesús, “hacer el bien” es obedecer las instrucciones del Padre, y “hacer el mal” es vivir afuera de las instrucciones de Dios. Y Jesucristo, Yahshua el Mesías, no conoce y ni siquiera quiere estar cerca de aquellos que no hacen la voluntad de su Padre que está en los cielos, por esta sencilla razón no entrarán en el Reino de los cielos.

Es por ello que es tan importante conocer la voluntad de Dios, conocer las instrucciones de Dios para la vida, de ahí la insistencia en la invitación que te hacemos cada semana para conocer al Único y Verdadero Dios, al Dios de la Biblia a través de la Biblia.

En el versículo 23 hemos leído lo que dice Jesucristo: “23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Y esto está en perfecta relación con 1 Juan 3:4-6 // “4 Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. 5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. 6 Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.”

 

La palabra es muy clara aquí, el que no hace la voluntad del Padre no le ha visto, ni le ha conocido.

No obstante, millones de personas alrededor del mundo rezan diariamente para que la voluntad de Dios sea hecha, mientras ellos mismos hacen lo que quieren sin importarles la voluntad de Dios para cada decisión.  Cada vez que alguien dice “10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10), es necesario tener, muy claro el concepto de lo que “cielo” significa en la oración que llamamos “Padrenuestro”. El cielo es el “lugar” donde se hace plena y completamente la voluntad de Dios. Por lo tanto, es una incoherencia, se vuelve ilógico que alguien pretenda “entrar” en el lugar en el que se hace la voluntad de Dios, desde la eternidad y hasta la eternidad, si no estaba dispuesto a hacerla en esta vida.

 

¿Acaso, cambiaremos nuestra manera de ser por haber pasado de un instante a otro?

De la misma manera que nada cambia en nosotros el día de nuestro cumpleaños porque cumplimos un año más de vida, tampoco cambiará nada cuando traspasemos el umbral de la muerte.

Por esta razón, Jesús, Yahshua, dijo que “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”

 

Esto significa que el que venía haciendo la voluntad de Dios, pasará el umbral y continuará haciendo lo mismo, pero el que no estaba haciendo la voluntad de Dios, por más religioso que hubiera sido en esta vida, cuando muera, continuará siendo un desconocido para el Señor y un hacedor de maldad, sin importar las cosas que haya hecho en el ejercicio de su religiosidad.

 

Lo importante es entender que cuando aceptamos el Evangelio de Jesucristo, cuando vivimos siguiendo las instrucciones de Dios para la vida, Su voluntad, es que entramos en el Reino de Dios. Y, teniendo en cuenta que, dondequiera que hay súbditos que se someten a un rey, allí hay un reino, entonces, donde haya personas que se someten al gobierno de Dios, allí está el Reino de Dios.

Sin embargo, a pesar de que todos los cristianos confiesan, declaran, dicen que están sometidos al gobierno de Dios, no todos conocen lo que eso significa.

Estar sometido a un gobierno, es estar sometido a sus leyes, decretos, ordenanzas y estatutos, es decir, a sus normas. Lo importante es que cada creyente sepa en qué lugar se encuentran escritas esas normas, para conocerlas y obedecerlas.

Como creyentes, como cristianos debemos tener claridad para responder a la simple pregunta… ¿Dónde está escrita la voluntad de Dios para que la pueda hacer?

 

Son muchos los cristianos que afirman que esas normas del Reino de Dios están escritas en el Nuevo Testamento, sin embargo, cuando Yahshua el Mesías, a quien conocimos como Jesucristo vivió en esta tierra el Nuevo Testamento aún no estaba escrito, ni un solo libro del mismo, y nadie puede negar que Jesús cumplía los mandamientos de Dios y, en su condición de Rabino de Torá, de Maestro de las Escrituras, enseñaba las instrucciones de vida, la ley escrita de su Padre. En Mateo 5:17-20 vemos lo que Él afirmo: “17 No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. 18 Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. 19 Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.”  Con estas palabras Cristo deja claro que Él vino para cumplir y enseñar “la ley”, lo importante sería definir a qué se refiere nuestro Maestro cuando habla de “la ley”. Porque el Señor establece una promesa para cualquiera que guarde y enseñe los mandamientos de la Ley de Dios, y esta promesa es que “será llamado grande en el reino de los cielos”.

 

La palabra original para la palabra “ley” que encontramos en nuestras Biblias es “Torá”. Torá en hebreo tiene una raíz etimológica que le da su verdadero significado que es: “enseñanza” e “instrucción”.

 

La palabra Torá significa la enseñanza e instrucción para seguir un camino de vida y bendición, en cambio el concepto de ley, usado en la traducción al castellano, nos lleva a interpretarla como una imposición correccional, es decir, que produce indefectiblemente un castigo.

El significado correcto, para definir a la palabra Torá, son las instrucciones de Dios para que tu vida de en el blanco, para que cumpla su propósito. Son las instrucciones de Dios para que tu vida no se desvíe, para que alcances aquel propósito para que el que Dios te ha creado. La ley de Dios es “instrucción”, la Biblia es un manual de instrucción. Entonces, Torá en hebreo significa “instrucción para que tu vida dé en el blanco”.

 

Alineada con esta interpretación hebrea del significado de “ley de Dios”, la palabra "pecado" significa “errar” en el sentido de no alcanzar una meta, camino, objetivo o blanco exacto. Podemos decir que la palabra “pecar” significa “no dar en blanco”. Ese yerro se puede producir, como lo ha entendido la tradición bíblica, en términos generales, por el alejamiento del hombre de la voluntad de Dios. Y, de acuerdo al Antiguo Testamento, esta voluntad está representada por la Torá, preceptos y estatutos dados por Dios al pueblo de Israel, y registrados en los libros sagrados.

 

Hace uno minutos vimos 1 Juan 3:4-6, reveamos eso ahora hasta el verso 10 // “4 Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley. 5 Y vosotros sabéis que Él se manifestó a fin de quitar los pecados, y en Él no hay pecado. 6 Todo el que permanece en Él, no peca; todo el que peca, ni le ha visto ni le ha conocido. 7 Hijos míos, que nadie os engañe; el que practica la justicia es justo, así como Él es justo. 8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. 9 Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios”.

 

 

Cuando leemos en nuestra biblia “la ley de Dios”, debemos asociarlo al concepto hebreo, de  “instrucciones de Dios para que te vaya bien”

 

Para terminar, veamos que dicen las Escrituras en Josué 1:7-8 // “7 Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. 8 Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.”

 

Es simple…. las instrucciones de Dios contenidas en Su ley establecen una zona de protección sobre tu vida que, si andas dentro de ella, tu vida estará segura. Debemos entender, que la ley de Dios no produce esclavitud, sino libertad. La ley de Dios es la verdadera libertad, en cambio hacer lo que a nosotros se nos da la gana es libertinaje, es salir de la zona de seguridad que Dios ha establecido para que nos vaya bien y estemos protegidos por Él mismo.

 

Recuerda, la salvación siempre fue, es y será por gracia... la salvación es por gracia, pero la obediencia es la consecuencia de ser hechos hijos de Dios. Por eso, la Biblia enseña que, el cuidado, la protección, la provisión que viene del Creador, y la Vida Eterna es para aquellos que guardan las instrucciones de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo, de Yahshua el Mesías.

 

Guardar Su Palabra, Sus Instrucciones, nos conduce a Vida Plena, Bendición y Prosperidad.

Recuerda las Palabras del Hijo del Dios Vivo y Verdadero… No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

 

La Bendición, la Prosperidad y la Vida Plena están junto a Dios, no lejos de Él. Por ello, ahora mismo es un tiempo, un momento de URGENCIA para regresar al único Dios vivo y verdadero, al Dios de la Biblia, a través de la Biblia.

 

Te invitamos a participar de nuestro tiempo de reflexión en las instrucciones de Dios para que nuestras vidas den en el blanco, te invitamos a nuestro tiempo de edificación mutua, también un tiempo de oración por tus necesidades, en el Salón de Comunidad de Fe de Villa Santa Cruz del Lago, calle Los Eucaliptos equina Candonga. (ver días y horarios actualizados de actividades)

 

 

Pero además te invitamos a ver las reflexiones, enseñanzas y estudios de las distintas Comunidades de Fe, la Facultad Bíblica, el Canal Retorno.TV,  y la Radio desde Fundación Hablemos de la Vida, a las que puedes acceder desde nuestra página en la solapa (actividades) allí encontraras los links y veras los días y horarios de cada momento de reflexión y estudio. Todas totalmente gratuitas, aquí no se piden ofrendas, ni diezmos, ni dinero bajo ningún concepto, nuestro anhelo es que conozcas al único y verdadero Dios, al Dios de la Biblia, a través de la Biblia, y que andes en sus caminos, en sus instrucciones, que crezcas y te desarrolles, vivas bajo Su cuidado y protección y que experimentes una vida de plenitud en todo tiempo.

 

 

También dejamos en nuestra web reflexiones que nos permitan conocer al Único y Verdadero Dios, al Dios de la Biblia, a través de la Biblia y Sus instrucciones para que nuestras vidas den en el blanco, en cada aspecto y situación. Puedes verlas en video o leerlas en el momento que tengas disponible, accediendo a nuestra web en la solapa reflexiones

 

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