Cosecha Grandes Bendiciones de parte de Dios en este y cada día… conoce la ley de la siembra y la cosecha

 

Dice la Biblia “no os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 

Vemos aquí con claridad la ley de la siembra y la cosecha existe. Es una ley espiritual y siempre se ha de cumplir del mismo modo dadas ciertas condiciones necesarias, para bien o para mal, para bendición o para maldición.

 

 

Si sientes el deseo, la necesidad o la urgencia de cosechar bendiciones diariamente, es necesario aprender a sembrar, a elegir las semillas, sembrar con palabras, actitudes y acciones que sean la voluntad de Dios.

A toda costa, debemos evitar el error de sacar porciones del pensamiento escrito de Dios, de su Palabra, de sus promesas, fuera de su contexto armónico general, adulterarlo, cambiando algo e intentar usarlo en una dirección diferente de la original, porque no dará ningún resultado bueno.

No olvides que nada ni nadie puede torcer el resultado de una ley establecida por Dios, nadie puede cambiar el resultado de un principio establecido por el Creador.

 

Debemos saber y recordar que en la naturaleza existen leyes, tales como las leyes de la física: “A cada acción, corresponde una reacción.”, “la ley de gravedad.”, o el principio que “dos cuerpos no pueden ocupar simultáneamente el mismo espacio.” todas son leyes que invariablemente se cumplen en todos los casos, de ahí su nombre de “leyes”. Debemos saber que, en el plano espiritual, Dios también ha establecido leyes, estatutos, que, aunque el hombre involuntariamente o deliberadamente ignore, indefectiblemente se cumplirán.

 

Muchos han descubierto la realidad palpable, evidente, de la existencia de esas leyes espirituales, tales como la “ley de la siembra y la cosecha”, y han intentado obtener los beneficios de algunas de ellas. Sin embargo, las han usado fuera de las condiciones espirituales que tienen que cumplirse para que las mismas funcionen, y han fracasado en su intento, obteniendo, como único resultado, frustración y derrota.

Puede que, ahora te estés preguntando… ¿existe o no existe la ley espiritual de la siembra y la cosecha? Sin dudas que existe, pero, como toda ley, se cumple dadas determinadas condiciones dentro de las cuales se ha establecido como ley.

 

Si soltamos un objeto desde unos 10 metros de altura, rápidamente nos damos cuenta que existe una fuerza de atracción hacia la tierra, hacia el suelo que hace que caiga a una cierta velocidad, pero esa velocidad no es la misma con todos los objetos, sino que depende, entre otras cosas, de su masa específica. Asimismo, si sueltas una cosa en el espacio exterior o en centros experimentales donde se ha eliminado la fuerza de gravedad, ese objeto no caerá hacia ninguna parte… pero ¿Invalida eso la ley de gravedad? No, ciertamente no.

 

La ley de la siembra y la cosecha existe. Es una ley espiritual y siempre se ha de cumplir del mismo modo dadas ciertas condiciones necesarias. Si esas condiciones espirituales son diferentes a las previstas cuando se estableció la ley, pueden hacer que la velocidad del cumplimiento varíe, o bien que no se cumpla para nada.

 

La ley espiritual de la siembra y la cosecha fue claramente expresada declarada explicada en el libro de las Leyes Espirituales, en las Escrituras donde el Creador nos ha dejado sus instrucciones para que nuestra vida de en el blanco.

Y ten bien presente y recuerda lo expresado en Gálatas 6.7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

 

Veamos entonces algunos textos bíblicos referidos a este principio tan interesante, necesario y buscado.

 

Deuteronomio 15:10 “Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas.”

Siembra: darle sin mezquindad al hermano pobre.

Cosecha: bendición de Dios en todos los hechos y en todo emprendimiento.

 

Proverbios 19:17 “A Yahweh presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.”

Siembra: dar al pobre.

Cosecha: Dios le volverá a pagar el bien que ha hecho.

 

Proverbios 28:27 “El que da al pobre no tendrá pobreza; más el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones”. 

Aquí encontramos dos situaciones de siembra y cosecha.

Siembra: dar al pobre.  

Cosecha: no tener pobreza. 

Siembra: apartar los ojos del pobre.

Cosecha: muchas maldiciones.

 

Mateo 6:2-4 / “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

Siembra: dar nuestra limosna en secreto.

Cosecha: Dios te recompensará en público.

 

Mateo 7:2 “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.”

Aquí encontramos también dos situaciones de siembra y cosecha…

Siembra: el juicio con que juzgáis.

Cosecha: seréis juzgados.

Siembra: la medida con que medís.

Cosecha: os será medido.

 

Mateo 7:19 “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.”

Siembra:  no dar buen fruto.

Cosecha: ser cortado y echado en el fuego.

 

Marcos 4:24-25 // “Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís. Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.”

Siembra: la medida con que medís.

Cosecha: os será medido.

 

Juan 12:24 “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”

Siembra: morir a uno mismo.

Cosecha: llevar mucho fruto.

 

Juan 12:26 “Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”

Siembra: servir al Señor

Cosecha: honra de parte del Padre.

 

Y para concluir con estos ejemplos, veamos 2 Corintios 9:6 “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.” Otra vez una doble ilustración de siembra y cosecha.

Siembra: sembrar escasamente.

Cosecha: segar escasamente.

Siembra: sembrar generosamente.

Cosecha: cosecha generosa.

 

Ahora que hemos visto distintas situaciones y resultados sobre este principio espiritual de la siembra y la cosecha, piensa ¿Cómo tratas a las personas que amas? ¿Cómo tratas a tu cónyuge, hijos, padres, hermanos o amigos?

 

Algunas de las respuestas posibles a estas preguntas podrían ser:

  • Los abrazo.
  • Les doy besos y caricias.
  • Les expreso mi amor con palabras.
  • Los protejo.
  • Les doy toda clase de regalos para expresarles mi amor.
  • Me duele el corazón cuando sufren.
  • No quiero que sufran.
  • Quiero que sean felices.
  • Procuro su felicidad.
  • Trato de enseñarles a vivir mejor.
  • Quiero estar con ellos.
  • Les prometo cosas buenas.
  • Quiero que tengan salud.
  • Procuro que no les falte nada.
  • Quiero que prosperen.

 

En relación a la “ley de la siembra y la cosecha”, la Biblia enseña que Dios ama al que siembra conforme a Su voluntad.   Dice en 2 Corintios 9:7 que “….. Dios ama al dador alegre.”   Y por otra parte en Juan 15.14 Cristo dice “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.”  Sobre esta base, si nos preguntamos ¿Cómo trata Dios a las personas que ama? A Sus hijos, a Su pueblo, a la Iglesia como esposa de Su hijo, Sus amigos, algunas de las probables respuestas podrían ser:

  • Nos abraza.
  • Nos da besos y caricias.
  • Nos expresa Su amor con palabras.
  • Nos protege.
  • Nos da toda clase de regalos para expresarnos Su amor.
  • Le duele el corazón cuando sufrimos.
  • No quiere que suframos.
  • Quiere que seamos felices.
  • Procura nuestra felicidad.
  • Trata de enseñarnos a vivir mejor.
  • Quiere estar con nosotros.
  • Nos promete cosas buenas.
  • Quiere que tengamos salud.
  • Procura que no nos falte nada.
  • Quiere que prosperemos.

 

Pues… este es, el resultado de la ley espiritual de la siembra y la cosecha.

“todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

 

La Biblia, la Palabra de Dios está llena de extraordinarias promesas, de maravillosas bendiciones que al leerlas, al descubrirlas deseamos experimentar, queremos recibir esas bendiciones de parte de Dios, necesitamos el cuidado, la protección y la provisión de Dios, deseamos eso, cuanto mas cuando estamos en dificultades.  

 

Si queremos cosechar de todo lo bueno y maravilloso que Dios promete, siempre debemos tener presente que, es necesario, es imprescindible sembrar…. Algo debemos hacer, el primer paso, la primera acción nos corresponde a nosotros, sembrar… , y sembrar conforme a las indicación, a las instrucciones de Dios dadas en Su Palabra. 

Esta ley espiritual para su cumplimiento requiere que el medio sea aquel para el cual fue dada, es decir, que esté de acuerdo con las condiciones necesarias para que esta ley espiritual se cumpla, entonces Dios obra hace su parte, abre puertas, desata bendiciones y las pone allí delante nuestro para que hagamos la parte final de cosechar.

 

Muchas veces, se escucha a personas decir: “Yo siembro y siembro, pero no cosecho nada” y detrás de ese comentario agregan “seguramente esta ley tiene excepciones.”

Mira…. esta ley no tiene excepciones, como tampoco las tienen ninguna de las leyes que Dios ha establecido en el universo.  Cuando algo no está pasando, sería muy conveniente que cada persona se detenga a analizar cuál o cuáles condiciones que se requieren que existan en su medio ambiente espiritual para el efectivo cumplimiento no se están dando.

Cuando algo así sucede, cuando esperamos algo y no llega, es necesario considerar cuidadosamente el texto de Santiago 4.3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”.

 

Entonces nuestra oración, debe estar dirigida para que el Espíritu Santo nos dé discernimiento, sensatez, prudencia, cordura a fin de comprender el propósito de Dios, en nuestra vida, en nuestra familia y no sufrir la terrible frustración de buscar la prosperidad económica, o cualquier otra clase de bendiciones para fines equivocados o mediante procedimientos erróneos.

 

Gálatas 6.7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

 

Si sientes el deseo de cosechar bendiciones diariamente, es necesario aprender a sembrar, sembrar con acciones que sean la voluntad de Dios, acciones alineadas al propósito de Dios con tu vida, aprender a elegir las semillas que sembramos con nuestras palabras y acciones.

 

Cada vez que encuentres una promesa de Dios en las Escrituras, y anheles esa bendición, busca cual es la condición, cual es el medio necesario para cosechar eso que anhelas, que deseas, que necesitas.

 

La ley de la siembra y la cosecha se cumple siempre, para bien o para mal, para bendición o para maldición.

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

 

Si sientes el deseo de conocer la buena semilla, si sientes la necesidad de conocer las instrucciones de Dios para que tu vida de en el blanco, y cosechar bendiciones de Dios cada día, de permanecer en comunión con el Señor, de estar preparado/da para lo que vendrá, de hacer las cosas como Dios lo ha establecido, ¡Bienaventurado/da! ¡Dichoso/sa!

 

Los que servimos en Comunidad de Fe de Villa Santa Cruz del Lago, y cada una de las demás Comunidades de Fe, integrantes de Ministerio Bíblico Internacional, NO cambiamos Palabra de Dios, sino que, con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Yahshua el Mesías, a quien conocimos como Jesucristo, y damos de gracia lo que de gracia hemos recibido…

 

Hay mucho por saber y una vida de plenitud por vivir, pero también, la hora de prueba está muy cerca…

 

Te invito, te animo a que busques y recibas diariamente el alimento de la Palabra de Dios, para crecer y recibir fortaleza, dirección y cuidado, experimentar una vida de plenitud, aun en medio de las circunstancias adversas del tiempo que estamos atravesando.

 

La Biblia es No un libro antiguo… es el más vigente de todos… allí están todas las instrucciones para alcanzar y experimentar cada día la vida de plenitud que anhelas…

 

Te invitamos a participar de nuestro tiempo de reflexión en las instrucciones de Dios para que nuestras vidas den en el blanco, te invitamos a nuestro tiempo de edificación mutua, también un tiempo de oración por tus necesidades, en el Salón de Comunidad de Fe de Villa Santa Cruz del Lago, calle Los Eucaliptos equina Candonga. (ver días y horarios actualizados de actividades)

 

Pero además te invitamos a ver las reflexiones, enseñanzas y estudios de las distintas Comunidades de Fe, la Facultad Bíblica, el Canal Retorno.TV,  y la Radio desde Fundación Hablemos de la Vida, a las que puedes acceder desde nuestra página en la solapa (actividades) allí encontraras los links y veras los días y horarios de cada momento de reflexión y estudio. Todas totalmente gratuitas, aquí no se piden ofrendas, ni diezmos, ni dinero bajo ningún concepto, nuestro anhelo es que conozcas al único y verdadero Dios, al Dios de la Biblia, a través de la Biblia, y que andes en sus caminos, en sus instrucciones, que crezcas y te desarrolles, vivas bajo Su cuidado y protección y que experimentes una vida de plenitud en todo tiempo.

 

Si aún no escuchaste o leíste nuestras publicaciones anteriores te invito a verlas, en nuestra web, de igual modo si deseas repasar alguno de los temas, en el momento que tengas disponible, ingresando desde la solapa reflexiones. 

 

 

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Que el Todopoderoso, el único y verdadero Dios, Creador de todas las cosas, guíe cada uno de tus días, guarde tu vida y la de los tuyos, y envíe las más grandes bendiciones.

 

 

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